
En resumen:
- Adoptar un sistema de baterías compartidas puede ahorrar más de 300 € en la compra inicial de cuatro herramientas esenciales de jardín.
- Con una estrategia de carga inteligente, dos baterías de litio (una de alta y otra de media capacidad) son suficientes para mantener un jardín de 150 m².
- La clave no es el voltaje (18V o 36V), sino la arquitectura del ecosistema de baterías y la capacidad (Ah) adaptada a cada tarea.
- Invertir en baterías de Li-Ion con sistemas de gestión (BMS) es crucial para una vida útil de hasta 7 años, frente a los 2-3 de las tecnologías antiguas.
- La transición a un jardín de cero emisiones es más asequible mediante una planificación gradual, comprando primero un kit de inicio y luego las herramientas «solo cuerpo».
El sueño de un jardín impecable a menudo choca con una realidad ruidosa, costosa y caótica: un garaje lleno de herramientas de gasolina que no arrancan, cables que se enredan y una colección de baterías y cargadores incompatibles entre sí. Cada nueva herramienta parece traer consigo su propio sistema cerrado, multiplicando los costes y la frustración. El propietario pragmático busca una salida, una forma de simplificar el mantenimiento sin sacrificar potencia ni autonomía, y sobre todo, sin que el presupuesto se dispare.
La solución habitual parece ser la caza de ofertas puntuales: un cortasetos barato por aquí, un soplador en liquidación por allá. Sin embargo, esta táctica a corto plazo conduce a un callejón sin salida logístico y financiero. Acumulamos baterías de Níquel-Cadmio (NiCd) con efecto memoria, cargadores que ocupan todas las tomas de corriente y herramientas cuya vida útil es decepcionantemente corta. El problema no son las herramientas en sí, sino la falta de una visión de conjunto, de un sistema integrado.
¿Y si la verdadera clave no fuera el precio individual de cada máquina, sino la arquitectura de un ecosistema de potencia interoperable? Este artículo rompe con el enfoque tradicional. No se trata de listar herramientas, sino de diseñar una estrategia. Demostraremos, paso a paso, cómo la elección de un sistema de baterías compartidas no solo es más económica, sino que representa una inversión inteligente a largo plazo en eficiencia, durabilidad y sostenibilidad. Veremos cómo dos únicas baterías pueden alimentar todo un arsenal de jardín, cómo optimizar su uso y mantenimiento para maximizar su vida útil, y cómo planificar una transición completa hacia un jardín de cero emisiones sin descapitalizarse.
Este análisis le proporcionará un plan de acción claro y fundamentado para construir su propio ecosistema de herramientas. A continuación, exploraremos en detalle cada aspecto estratégico de esta transición, desde el análisis de costes hasta la planificación de la compra y el mantenimiento a largo plazo.
Índice de contenidos: La estrategia para un jardín a batería eficiente y económico
- ¿Por qué comprar 4 herramientas con baterías independientes cuesta 300 € más que un sistema compartido?
- ¿Cuántas baterías necesitas realmente si usas cortacésped, recortasetos y soplador el mismo día?
- Sistema de 18V polivalente o 36V potente: ¿qué para un jardín de 150 m² con setos y césped?
- La trampa de comprar herramientas baratas con baterías NiCd que duran la mitad que las de litio
- ¿Cómo almacenar y cargar baterías de litio para que duren 7 años en vez de 3?
- ¿Cómo calcular qué capacidad de batería necesitas para cortar tu césped de 150 m² en una sola carga?
- Sustituir todas las herramientas en 1 año o gradualmente en 3:¿Cómo evitar que tus plantas mueran por ubicarlas en la zona equivocada de luz del jardín?
- ¿Cómo convertir tu jardín en zona de emisiones cero eliminando todas las herramientas de gasolina?
¿Por qué comprar 4 herramientas con baterías independientes cuesta 300 € más que un sistema compartido?
El principal error al equipar un jardín es pensar en términos de herramientas individuales en lugar de un ecosistema de potencia. La compra impulsiva de un cortacésped en oferta, un cortasetos de otra marca y un soplador de una tercera, cada uno con su propia batería y cargador, genera un sobrecoste oculto que puede superar los 300 €. La razón es simple: en cada compra «independiente», se está pagando repetidamente por el componente más caro y estratégico del sistema: la batería y su tecnología de carga.
Un sistema compartido, como la plataforma Power X-Change, invierte esta lógica. La inversión inicial se concentra en un kit que incluye la herramienta más demandante de energía (generalmente el cortacésped) junto con dos baterías de alta capacidad y un cargador. A partir de ahí, el resto de herramientas (cortasetos, soplador, desbrozadora) se adquieren en su formato «solo cuerpo», es decir, sin batería ni cargador, a un precio drásticamente inferior. Esta estrategia sistémica no solo reduce el desembolso inicial, sino que simplifica la logística de almacenamiento y carga de forma permanente.
Para ilustrar este ahorro, un análisis comparativo de precios en el mercado español es revelador. La compra por separado de cuatro herramientas de jardín básicas con sus respectivas baterías puede ascender a más de 700 €. En cambio, al optar por un ecosistema compartido, el coste total se reduce a menos de 400 €. El siguiente cuadro desglosa esta diferencia, demostrando que el ahorro no es marginal, sino estructural.
El siguiente análisis de costes, basado en precios de mercado en España, evidencia la ventaja económica de un sistema unificado como el Power X-Change, que permite un ahorro directo de 320 € en la configuración inicial del jardín, tal y como detalla un análisis de Leroy Merlin.
| Sistema | Productos incluidos | Precio total | Ahorro |
|---|---|---|---|
| 4 herramientas independientes | Cortacésped + batería (299€), Cortasetos + batería (97€), Soplador + batería (73€), Desbrozadora + batería (249€) | 718€ | – |
| Sistema Power X-Change | Kit inicial cortacésped 36V con 2 baterías (249€), Cortasetos solo cuerpo (45€), Soplador solo cuerpo (39€), Desbrozadora solo cuerpo (65€) | 398€ | 320€ |
La clave es, por tanto, la interoperabilidad. Plataformas como esta permiten que las mismas baterías sean compatibles con más de 300 herramientas diferentes, abarcando no solo jardinería, sino también bricolaje. Esta visión sistémica transforma la compra de herramientas de un gasto recurrente a una inversión escalable y a largo plazo.
¿Cuántas baterías necesitas realmente si usas cortacésped, recortasetos y soplador el mismo día?
La creencia de que se necesita una batería por cada herramienta es uno de los mitos que más encarecen la transición a un sistema sin cables. Para un jardín estándar de hasta 150 m², la realidad es que dos baterías de litio son suficientes para una jornada completa de trabajo, siempre y cuando se aplique un flujo de trabajo energético inteligente. El secreto no reside en la cantidad de baterías, sino en la combinación de su capacidad (Amperios-hora o Ah) y una secuencia de carga y uso optimizada.
La estrategia consiste en disponer de una batería de alta capacidad (por ejemplo, 4.0Ah o 5.0Ah) para las tareas más exigentes, como cortar el césped, y una segunda de menor capacidad (2.0Ah) como unidad de apoyo y para herramientas más ligeras. Mientras se utiliza la batería principal, la secundaria se coloca en un cargador rápido. Al terminar la primera gran tarea, la batería de apoyo ya está al 100%, lista para tomar el relevo en el cortasetos o el soplador, mientras la principal, parcialmente gastada, empieza su ciclo de carga.
Este diagrama ilustra un flujo de trabajo optimizado que permite una operación continua en el jardín con solo dos baterías, eliminando tiempos muertos y maximizando la eficiencia de cada ciclo de carga.

Como se puede observar, este método rotativo asegura que siempre haya una batería lista para la siguiente tarea. Los expertos de Echo España confirman que los Ah (amperios-hora) representan la capacidad de la batería para almacenar energía, llevando a mayor autonomía, y que equilibrar voltaje y Ah es crucial para satisfacer las necesidades específicas de mantenimiento del jardín. Por ejemplo, una batería de 18V y 5.0Ah puede ofrecer más tiempo de trabajo en tareas ligeras que una de 36V y 2.0Ah, demostrando que una mayor capacidad es a menudo más útil que un mayor voltaje para la mayoría de aplicaciones.
En resumen, la respuesta no está en acumular baterías, sino en gestionar la energía de forma estratégica. Con un kit inicial de dos baterías y un cargador rápido, el propietario de un jardín mediano tiene cubierta toda su operativa sin necesidad de inversiones adicionales.
Sistema de 18V polivalente o 36V potente: ¿qué para un jardín de 150 m² con setos y césped?
La elección entre un sistema de 18V y uno de 36V es una de las decisiones más estratégicas en la construcción de un ecosistema de herramientas. A menudo se asume que «más voltaje es siempre mejor», pero para un jardín típico español de unos 150 m², esta afirmación es matizable. La arquitectura de potencia óptima no se basa en la máxima potencia bruta, sino en la polivalencia y la eficiencia energética adaptada a cada tarea específica.
Un sistema de 18V es extraordinariamente polivalente y, en la mayoría de los casos, más que suficiente. Herramientas como cortasetos, sopladores, cortabordes o motosierras de poda funcionan a la perfección con una sola batería de 18V, ofreciendo un equilibrio ideal entre peso, manejabilidad y autonomía. De hecho, para superficies de césped moderadas, incluso un cortacésped de 18V es una opción viable y económica. Para un jardín de 150 m², la potencia de un sistema de 36V para cortar el césped no es estrictamente necesaria y puede suponer un sobrecoste inicial.
Aquí es donde entran en juego los sistemas híbridos o «Twin Pack» (2x18V=36V), que ofrecen lo mejor de ambos mundos. Esta tecnología permite que las herramientas que demandan más potencia, como el cortacésped o una desbrozadora para maleza densa, funcionen con dos baterías de 18V simultáneamente, sumando sus voltajes para alcanzar los 36V. El resto de herramientas más ligeras siguen utilizando una sola de esas mismas baterías de 18V. Esta flexibilidad es la máxima expresión de la eficiencia sistémica: se mantiene un único tipo de batería para todo el parque de maquinaria, adaptando la potencia solo cuando es necesario.
Según expertos de grandes distribuidores en España, esta modularidad cubre la gran mayoría de necesidades. Se confirma que los cortacéspedes de 18V son ideales para jardines de hasta 600m², existiendo modelos de 18V o 36V con anchos de corte que se adaptan a cualquier tamaño. Por tanto, para un jardín de 150 m², un sistema basado en 18V, con la opción de duplicar a 36V para el cortacésped, es la configuración más inteligente y escalable.
La decisión final no debe ser 18V *o* 36V, sino cómo un sistema de 18V puede *convertirse* en 36V cuando se necesita. Esta perspectiva sistémica garantiza que no se pague por una potencia excesiva en el 90% de las tareas, optimizando la inversión y la usabilidad del ecosistema completo.
La trampa de comprar herramientas baratas con baterías NiCd que duran la mitad que las de litio
En la búsqueda del ahorro, la trampa más común es caer en ofertas de herramientas a batería a precios sospechosamente bajos. Detrás de estas gangas se esconde a menudo una tecnología obsoleta y de bajo rendimiento: las baterías de Níquel-Cadmio (NiCd). Aunque el desembolso inicial es menor, a medio plazo resulta ser una decisión ruinosa. Estas baterías sufren del «efecto memoria», son más pesadas, contienen materiales altamente contaminantes y, lo más importante, su vida útil es drásticamente inferior a la de las modernas baterías de Iones de Litio (Li-Ion).
La diferencia fundamental reside en los ciclos de carga y la profundidad de descarga. Una batería de NiCd de baja calidad apenas soportará unos cientos de ciclos de carga perdiendo capacidad progresivamente, especialmente si no se descarga por completo antes de volver a cargarla. En contraste, una batería de Li-Ion de calidad, equipada con un Sistema de Gestión de Batería (BMS), no tiene efecto memoria y puede soportar miles de ciclos. De hecho, estudios técnicos indican que las baterías de litio con capacidad de descarga del 80-90% pueden durar el equivalente a unos 6000 ciclos, lo que se traduce en muchos años de servicio fiable.
Invertir en un ecosistema basado en Li-Ion es una decisión estratégica para la durabilidad. El sobrecoste inicial se amortiza rápidamente al evitar la necesidad de reemplazar las baterías cada dos o tres años. Además, estas baterías ofrecen una entrega de potencia constante hasta el final de su carga, a diferencia de las NiCd, que pierden fuerza a medida que se descargan. Por ello, saber identificar una batería de baja calidad en el punto de venta es una habilidad crucial para el comprador pragmático.
Puntos clave a verificar para evitar baterías de baja calidad:
- Identificación tecnológica: Buscar el logo «Li-Ion» claramente visible en la carcasa de la batería y el embalaje. Desconfiar si esta especificación es ambigua o ausente.
- Peso y ergonomía: Comparar el peso. Las baterías de NiCd son notablemente más pesadas y voluminosas que las de Li-Ion para una misma capacidad teórica.
- Transparencia de datos: Verificar que el embalaje especifique claramente el voltaje (V) y, sobre todo, la capacidad en Amperios-hora (Ah). La falta de esta información es una señal de alarma.
- Protección integrada: Comprobar si se menciona la inclusión de un sistema BMS (Battery Management System), que protege contra sobrecarga, descarga profunda y sobrecalentamiento, siendo esencial para la longevidad.
- Garantía del fabricante: Asegurarse de que el fabricante ofrece una garantía mínima de 2 años en España, tanto para la herramienta como para la batería. Una garantía inferior es indicativa de baja confianza en el producto.
En definitiva, el verdadero ahorro no está en el precio de compra más bajo, sino en el coste total de propiedad a lo largo de los años. Elegir un ecosistema basado en Li-Ion es la única garantía de construir un parque de herramientas de jardín duradero, fiable y, a la larga, mucho más económico.
¿Cómo almacenar y cargar baterías de litio para que duren 7 años en vez de 3?
Comprar una batería de Li-Ion de alta calidad es solo la mitad de la batalla; la otra mitad es mantenerla correctamente para maximizar su vida útil. Unas prácticas de almacenamiento y carga adecuadas pueden extender la durabilidad de una batería de los 3 años típicos de un uso descuidado a más de 7 años de rendimiento óptimo. La clave reside en comprender que una batería de litio es un componente químico sensible a dos factores principales: la temperatura y el estado de carga durante el almacenamiento.
El error más común es guardar las baterías completamente cargadas o completamente descargadas durante largos periodos, como el invierno. Ambos extremos son perjudiciales. Almacenar una batería al 100% de carga ejerce una tensión constante sobre sus celdas, acelerando su degradación. Dejarla descargada por completo puede provocar una descarga profunda irreversible, inutilizándola permanentemente. La regla de oro, según los expertos, es almacenar las baterías parcialmente cargadas, idealmente entre un 40% y un 80%, para minimizar la pérdida de capacidad.
El segundo factor crítico es la temperatura. El calor extremo es el enemigo número uno de las baterías de litio. Dejarlas en un cobertizo metálico bajo el sol del verano español o cerca de una fuente de calor puede dañar sus celdas de forma irreparable. Para el clima de España, es fundamental encontrar un lugar de almacenamiento fresco y seco. Las recomendaciones apuntan a un rango de temperatura estable, idealmente entre 15°C y 24°C. Un garaje aislado, un trastero o un sótano suelen ser lugares perfectos.
La imagen siguiente muestra un entorno de almacenamiento ideal: una batería en un estante limpio y seco en un garaje, con un indicador de temperatura cercano que muestra un ambiente controlado, clave para su longevidad.

Finalmente, es importante usar siempre el cargador original del fabricante. Estos cargadores están diseñados para comunicarse con el BMS de la batería, optimizando el proceso de carga y evitando sobrecalentamientos o sobrecargas. Cargar la batería justo antes de su uso y retirarla del cargador una vez completado el ciclo también contribuye a su salud a largo plazo.
Siguiendo estas sencillas pautas —almacenar a media carga, en un lugar fresco y usando el cargador adecuado— se asegura que el corazón de su ecosistema de herramientas de jardín siga latiendo con fuerza durante muchos años.
¿Cómo calcular qué capacidad de batería necesitas para cortar tu césped de 150 m² en una sola carga?
Elegir la capacidad de batería correcta, medida en Amperios-hora (Ah), es crucial para evitar la frustración de quedarse a medias al cortar el césped. No se trata de comprar la batería más grande por defecto, sino de realizar un cálculo pragmático basado en la superficie real y las condiciones específicas de su jardín. Un cálculo preciso permite optimizar la inversión, comprando solo la capacidad necesaria y evitando pagar de más por una autonomía que no se va a utilizar.
Una fórmula práctica y comúnmente aceptada por los profesionales consiste en asignar un factor de consumo base. Para un cortacésped de 18V estándar, se puede estimar un consumo de 1 Ah por cada 40 m² de césped en condiciones ideales (hierba corta y seca, terreno plano). Sin embargo, este es solo el punto de partida. Para un cálculo realista, es imprescindible aplicar un «Factor de Dificultad» que ajuste el consumo a las particularidades de los jardines españoles.
Factores como la altura de la hierba, la humedad, el uso de la función mulching para retener la humedad en verano o la presencia de pendientes pueden incrementar drásticamente el consumo de energía. Por ejemplo, cortar césped húmedo por la mañana puede aumentar el consumo en un 25%, y una grama gruesa y resistente, típica del clima mediterráneo, puede exigir hasta un 35% más de potencia. El siguiente cuadro detalla cómo estos factores impactan en el rendimiento de la batería.
La siguiente tabla, basada en datos de rendimiento de fabricantes como Echo, muestra los principales factores que aumentan el consumo de energía en condiciones típicas de un jardín en España.
| Factor | Impacto en consumo | Situación típica España |
|---|---|---|
| Hierba alta (>10cm) | +30% consumo | Primavera tras lluvias |
| Césped húmedo | +25% consumo | Mañanas con rocío |
| Función Mulching | +15% consumo | Verano para retener humedad |
| Pendiente >15° | +20% consumo | Jardines en desnivel |
| Grama gruesa | +35% consumo | Césped mediterráneo resistente |
Aplicando una fórmula simple que combine superficie y dificultad, se puede obtener una estimación muy precisa. Por ejemplo, para un césped de 150 m² con hierba de altura media (Factor Dificultad de 1.2), el cálculo sería: (150 m² ÷ 40) × 1.2 = 4.5 Ah. Esto indica que una batería de 5.0 Ah sería la elección ideal, proporcionando un margen de seguridad suficiente para completar la tarea de una sola vez, incluso si las condiciones no son perfectas.
Realizar este sencillo cálculo antes de la compra transforma una decisión incierta en una elección informada, garantizando la máxima satisfacción y eficiencia de su ecosistema de herramientas de jardín.
Sustituir todas las herramientas en 1 año o gradualmente en 3:¿Cómo evitar que tus plantas mueran por ubicarlas en la zona equivocada de luz del jardín?
Una vez decidido el salto a un ecosistema de baterías, surge la pregunta estratégica: ¿realizar la inversión completa de una vez o planificar una transición gradual a lo largo de varios años? Para el propietario pragmático, la sustitución gradual es, sin duda, la vía más inteligente y económicamente sostenible. Permite distribuir el coste, aprovechar las ofertas estacionales y construir el sistema de forma orgánica, adaptándose a las necesidades reales del jardín a medida que surgen.
Un plan de transición a tres años bien estructurado puede ser la solución perfecta. El objetivo es maximizar el valor de cada euro invertido. El Año 1 se centraría en la compra del «corazón» del sistema: un kit de inicio que incluya la herramienta de uso más frecuente (por ejemplo, un cortabordes o un soplador), dos baterías de Li-Ion de diferentes capacidades (ej. 4.0Ah y 2.0Ah) y un cargador rápido. Esta inversión inicial, que puede rondar los 200 €, ya proporciona una enorme flexibilidad y pone en marcha el ecosistema.
El Año 2 sería el momento de adquirir la herramienta de mayor coste: el cortacésped. Al comprarlo en formato «solo cuerpo» (sin batería), el precio es mucho menor. La estrategia aquí es esperar a periodos de grandes descuentos como el Black Friday en noviembre o las rebajas de enero, donde es posible encontrar estas máquinas con descuentos de hasta el 40%. La inversión en este segundo año podría ser de unos 120-150 €, utilizando las baterías ya adquiridas.
Finalmente, el Año 3 se dedicaría a completar el arsenal con las herramientas restantes, como el cortasetos o una motosierra de poda, también en formato «solo cuerpo». Estas compras, de menor envergadura, pueden realizarse a lo largo del año según surja la necesidad o una buena oferta, sumando un desembolso total que rara vez superará los 100 €. Este enfoque escalonado permite equipar completamente el jardín por menos de 400 € en tres años, sin un gran impacto inicial en el presupuesto familiar.
Además, esta transición fomenta un consumo más consciente. Las herramientas de gasolina o con cable que se van sustituyendo pueden venderse en plataformas de segunda mano como Wallapop o Milanuncios, lo que permite cofinanciar la compra de los nuevos equipos y darles una segunda vida, cerrando el círculo de la sostenibilidad.
Puntos clave a recordar
- Pensamiento sistémico: El verdadero ahorro y eficiencia provienen de invertir en un ecosistema de baterías interoperables, no en herramientas individuales baratas.
- Calidad sobre cantidad: Es más rentable tener dos baterías de Li-Ion de alta calidad con un flujo de trabajo optimizado que una colección de baterías mediocres e incompatibles.
- Mantenimiento proactivo: La longevidad de una batería de litio depende directamente de hábitos correctos de carga y almacenamiento (40-80% de carga, en lugar fresco).
¿Cómo convertir tu jardín en zona de emisiones cero eliminando todas las herramientas de gasolina?
La transición a un ecosistema de herramientas a batería va más allá del ahorro económico y la comodidad; es un paso decisivo para transformar su jardín en un espacio más saludable y sostenible. Eliminar por completo las herramientas de gasolina supone la creación de una «zona de emisiones cero» en su propio hogar, con beneficios tangibles para su familia, sus vecinos y el medio ambiente.
El primer impacto positivo y más inmediato es la eliminación total de las emisiones de gases de efecto invernadero durante el uso. Los motores de dos tiempos de las herramientas de gasolina son notoriamente ineficientes y contaminantes, liberando humos tóxicos directamente en el espacio donde juegan los niños o donde se cultivan hortalizas. Las herramientas a batería, por el contrario, no generan ninguna emisión local, mejorando drásticamente la calidad del aire del jardín.
El segundo beneficio es la drástica reducción de la contaminación acústica. Un cortacésped de gasolina puede generar más de 90 decibelios (dB), un nivel de ruido que no solo es molesto, sino potencialmente dañino para el oído. Las herramientas a batería son significativamente más silenciosas, operando a niveles que a menudo son un 50% más bajos. Esto no solo mejora la calidad de vida del usuario, sino que también respeta la tranquilidad del vecindario, permitiendo realizar las tareas del jardín a cualquier hora sin causar molestias.
Finalmente, este cambio tiene un impacto en el valor percibido de la propiedad. Un jardín cuidado con herramientas modernas, silenciosas y sostenibles se alinea con las crecientes demandas de un mercado inmobiliario que valora la eficiencia energética y el respeto por el entorno. En urbanizaciones españolas con normativas de ruido cada vez más estrictas, disponer de un equipo de jardinería silencioso y sin emisiones no es solo una comodidad, sino una ventaja competitiva que puede aumentar el atractivo y el valor de la vivienda. La flexibilidad de no depender de enchufes en terrazas o de evitar cables por el jardín refuerza esta imagen de modernidad y cuidado.
Adoptar un ecosistema de baterías no es, por tanto, una simple actualización de herramientas. Es una declaración de principios: la elección de un jardín más limpio, silencioso y en armonía con el entorno, una inversión en calidad de vida que trasciende el propio jardín.
Preguntas frecuentes sobre ¿Cómo equipar tu jardín con 5 herramientas a batería compartiendo solo 2 baterías por menos de 400 €?
¿Qué hacer con mis herramientas de gasolina viejas?
La mejor opción es venderlas en plataformas de segunda mano como Wallapop o Milanuncios para cofinanciar la compra de los nuevos equipos a batería. Un cortacésped de gasolina que funcione correctamente puede venderse fácilmente por 50-100 €, contribuyendo directamente al presupuesto de su nuevo ecosistema.
¿Cuándo es mejor comprar herramientas solo cuerpo?
El momento ideal para comprar las herramientas sin batería («solo cuerpo») es durante los grandes periodos de rebajas. El Black Friday en noviembre y las rebajas de enero son las mejores épocas, ya que es común encontrar descuentos que pueden alcanzar el 30% o incluso el 40% sobre el precio habitual, maximizando así el ahorro.
¿Dónde reciclar las baterías viejas?
Las baterías de herramientas, especialmente las de NiCd o las de litio al final de su vida útil, nunca deben tirarse a la basura común debido a su alto impacto ambiental. Deben llevarse a los Puntos Limpios fijos o móviles gestionados por su ayuntamiento, donde se encargarán de su reciclaje de forma segura y adecuada.